Lesiones de ligamento cruzado en mujeres: ¿La nueva pandemia silenciosa del deporte?
En los últimos años, la rotura del ligamento cruzado anterior (LCA) se ha convertido en un fenómeno alarmantemente común entre las mujeres deportistas, hasta el punto de que algunos profesionales ya hablan de una "nueva pandemia". Aunque las lesiones de rodilla siempre han formado parte del deporte, las cifras actuales, especialmente en mujeres jóvenes y adolescentes, están despertando una seria preocupación en el ámbito médico y deportivo.
Durante el reciente Congreso Nacional de Cirugía Artroscópica y Reemplazo Articular celebrado en Bilbao, esta problemática fue uno de los ejes centrales de debate. Expertos en traumatología, fisioterapia y medicina deportiva coincidieron en que la incidencia de roturas de LCA es entre 4 y 8 veces mayor en mujeres que en hombres, incluso cuando realizan los mismos gestos deportivos.
¿Por qué se lesionan más las mujeres?
Las causas son múltiples y complejas. Factores anatómicos, hormonales y biomecánicos juegan un papel importante. Las mujeres tienen una pelvis más ancha, una estructura muscular distinta y patrones de movimiento diferentes que, combinados con fases del ciclo hormonal, pueden aumentar el riesgo de lesión. A esto se suma, en muchos casos, una menor preparación física específica, así como la falta de protocolos preventivos adaptados a sus necesidades reales.
En palabras de la Dra. Saioa Olaizola, médico especialista en medicina deportiva, “el aumento del deporte femenino, que es una gran noticia, ha venido sin una adaptación proporcional en la prevención, formación y rehabilitación específicas para ellas”.
Una lesión con un largo camino de recuperación
La rotura del LCA no solo implica una cirugía compleja, sino también una rehabilitación que puede alargarse entre 6 y 12 meses, afectando tanto el rendimiento deportivo como la salud mental de las afectadas. Muchas de estas mujeres jóvenes deben afrontar no solo la pérdida temporal de su actividad física, sino también el miedo a recaer, el abandono deportivo o incluso secuelas a largo plazo como artrosis precoz.
En nuestro centro terapéutico Ethos, sabemos que una recuperación efectiva no solo depende del tratamiento físico, sino también del acompañamiento emocional y del trabajo preventivo posterior. Cada paciente requiere un enfoque personalizado que combine la fisioterapia avanzada, como el trabajo con ecografía musculoesquelética, la reeducación neuromuscular, el análisis del gesto deportivo y la preparación funcional específica.
Los expertos reunidos en el congreso recalcaron una idea clara: la mayoría de estas lesiones son prevenibles. Programas de entrenamiento adaptado, ejercicios de propiocepción, fuerza y coordinación, junto con la educación en biomecánica, pueden reducir el riesgo de rotura en más de un 50%.
Desde Ethos, queremos sumarnos a esta llamada de atención y subrayar la importancia de un trabajo preventivo individualizado, especialmente en mujeres que practican deportes de impacto o de cambio de dirección como el fútbol, balonmano o baloncesto.
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